La elección judicial sigue brindando misterios y emociones. No sólo en lo relacionado con los acordeones y su pautada ejecución determinante en el domingo de las urnas sino, ahora, en una diferencia de criterios ni más ni menos que respecto a quién debe ocupar la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En la mañanera, la Presidenta de la República señaló que «tiene que evaluar el INE quién va a ser, porque en la Constitución también viene una parte de preferencia para las mujeres, entonces el INE tiene que ver quién sería la presidenta o el presidente del INE». La consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral, Guadalupe Taddei, expresó posteriormente y en otro escenario: «no hay lugar a dudas, cuando el cómputo finalice (…) estoy segurísima de que habremos de otorgar la constancia de mayoría a quien haya obtenido la mayor cantidad de votos en las urnas».
Es decir, Sheinbaum abrió la puerta a la posibilidad de que la presidencia de la Corte quedara en Hugo Aguilar o en Lenia Batres, y Taddei de manera tajante puntualizó que se le otorgará a Aguilar y no a Batres, conforme al cómputo que anoche mostraba al futuro ministro indígena como el más votado.
Por la noche, Batres publicó una videograbación en redes (que al ser anunciada horas atrás hizo pensar en algún posicionamiento de batalla o, en caso contrario, en un necesario reconocimiento de vía libre a Aguilar), pero no se refirió al litigio numérico por el máximo sitial judicial ni al probable presidente Aguilar. Así que la historieta judicial, con nuevos capítulos, ¿continuará?
Y en capítulos ya fuera de cartelera judicial, pero eventualmente por reinstalarse en otras formas de candidaturas (¿legislativas?), dos aspirantes a asientos en la Corte, Federico Anaya Gallardo y César Gutiérrez Priego, que alcanzaron más de 2 millones de votos, pero no lograron el triunfo, expresaron con distintas argumentaciones su respaldo a los resultados oficiales y, en general, al proyecto denominado Cuarta Transformación. Anaya señaló: «no creo que haya habido ningún tipo de trampa en la elección judicial. Lo que sí creo que hubo fue una confrontación de acordeones, que venían tanto de arriba hacia abajo como de abajo hacia arriba» (entrevista: https://goo.su/z3nAoWN).
Por su parte, Isaac de Paz señaló en X, en reacción a una publicación en la que se habla de una red de Morena que habría «capturado» la elección judicial: «aunque digan que es legal, no es moral. Hay varios testimonios de la aplanadora y más que van saliendo. Que quede constancia de lo que sucedió».
La polémica relacionada con la elección judicial ha tendido un generoso manto sobre los resultados que Morena obtuvo en los comicios de Veracruz y Durango, donde el guinda no alcanzó las metas previstas. La responsabilidad política recae en Luisa María Alcalde Luján, presidenta formal del partido en el poder, y en el poderoso secretario de Organización, Andrés Manuel López Beltrán, quien pasó meses en la entidad norteña como tejedor de alianzas y reclutamientos que incluyeron a un dirigente priísta en la mañana y que a media tarde ya estaba afiliado a Morena, a pesar de que con anterioridad había insultado a Sheinbaum.
Y, mientras Nacho Pineda, alma y eje del Foro Alicia, considera que «mandos medios de la alcaldía Cuauhtémoc» fueron los responsables de los tensos sucesos en que participaron miembros del Ejército, la Guardia Nacional y la policía capitalina, y revela que, en lo que califica de inequívoca provocación, periodistas de diversos medios, entre ellos Televisa, llegaron con los policías para grabar y reportar lo que iba a acontecer, asegurando que, al arribar los soldados, uno de los guardias le dijo que, en realidad, quienes estaban generando el problema eran ellos, pues no tenían nada qué hacer ahí, aunque habían sido llamados por mandos policiacos que lanzaron un SOS por riñas y desórdenes que no se habían producido (entrevista: https://goo.su/xI1KcK), ¡hasta mañana!
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