En la desgracia, en la emergencia, es cuando se descubre que destruir es fácil, pero bastante complicado es crear programas gubernamentales que de verdad sean útiles a la hora buena, cuando el pueblo más los necesite.
Mire, le hablo de la terrible situación que se vive en Veracruz, miles y miles de familias afectadas por lluvias, inundaciones, tantas que todavía ni siquiera se sabe, ni se sabrá, el monto de los daños causados, para acabarla de amolar, todavía no se conoce ni cómo se habrá de apoyarlos.
Si, ya se anunciaron recursos para resarcir daños, como paliativos e incluso para solucionarle los problemas a muchos de los afectados, pero es obvio que al aplicarlos se van a afectar otros proyectos, otros programas federales y de los Estados.
Deje me explico, porque el tema da para muchas cosas, pero vamos por partes: por un lado, aparece lo bueno, lo grande de este México lindo y querido, lo humano de algunos políticos, para darle un ejemplo, el gobierno de Tamaulipas por instrucciones del mandatario Américo Villarreal Anaya, según lo anunció la presidenta Claudia Sheinbaum, aportó un helicóptero de Protección Civil, también instrumentó de inmediato operativos para la colecta de víveres, medicamentos, y muchos otros apoyos que la sociedad tamaulipeca y el mismo gobierno aporta con el mayor de los abrazos solidarios a los pueblos afectados.
También resaltar el trabajo de personajes como el delegado de los programas federales, Luis Lauro Reyes Rodríguez quien con más de 100 servidores de la nación se trasladó hasta las zonas afectadas para apoyar en las tareas de emergencia, para recorrer las zonas afectadas, participar en evaluar los daños y necesidades con el objetivo de que en un breve periodo de tiempo las familias reciban apoyos económicos y enseres domésticos, sí, lo hace por instrucciones de la federación, pero también sumándose a la solidaridad que caracteriza al pueblo tamaulipeco en tiempos difíciles.
El gobernador con las acciones que tiene a la mano, encabezando operativos y colectas y el delegado y representante del gobierno federal en trabajo de campo, ahora sí que muestran lo que es capaz el pueblo de Tamaulipas para sumarse a la atención en las desgracias de otros pueblos, y eso es lo bueno, porque no son los únicos que aportan, solo son los que representan y encabezan el sentido humanista del pueblo de Tamaulipas en algo en lo que indudablemente todos vamos a estar de acuerdo, el apoyo, el rescate de miles de personas que lo han perdido todo, hasta la vida de seres queridos, le insisto, esto es lo bueno, saber que nos queda mucho de humanos, de solidarios, la acción da esperanzas y nos demuestra que no todo está perdido, que aún sigue prevaleciendo el corazón por sobre las ambiciones que tuvieron muchos que pretendieron acabarse todo lo que somos y hemos sido en este pueblo del norte del país que se muestra solidario ante las desgracias de otros hermanos.
Ahora viene lo malo, pues indudablemente la desgracia exhibe que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador actuó con las tripas al desparecer algunos fideicomisos y fondos, como el Fondo para Desastres Naturales, el Fonden, que dijo que era inútil y solo se prestaba a la corrupción.
Es obvio que, si hubo saqueo de esos recursos, que los hombres y mujeres del pasado preferían robarse miles de millones de pesos antes que destinarlos a lo que habían sido presupuestados, se documentaron muchos casos.
Es decir, Andrés Manuel tenía razón en esa parte de que solo se prestaba ese fondo para que se lo robaran los políticos corruptos, pero se equivocó al presumir que por eso era inútil, es obvio que con mucha vigilancia y poniendo el mismo en manos decentes siempre habría un colchón para auxiliar de inmediato al pueblo cuando se viera afectado por lluvias, calor, sequías, terremotos y demás, exacto, se tendría dinero disponible para apoyar en desgracias como la que ocurre en Veracruz y sin afectar programas ni proyectos.
Conclusión, es un buen momento para analizar la reaparición del Fonden, si usted quiere con otro nombre, con otros personajes que lo administren, bajo supervisiones más rigurosas, pero hacerlo porque México no puede arriesgarse a sufrir solo por los caprichos o la torpeza de un hombre que, además, ya se fue…
(MV/AM)