El asesinato de Carlos Manzó, alcalde de Uruapan, Michoacán, se ha convertido en un real problema para la imagen de la presidenta Claudia Sheinbaum y su supersecretario de Seguridad Omar García Harfuch, porque los opositores han tenido una excelente campaña mediática, porque ellos se han tardado en reaccionar y hasta lo han hecho mal.
Y sin embargo lo político no es lo más importante para ellos ni para nadie en este momento, lo realmente trascendente es el mensaje que le dejaran al crimen organizado tras esta ejecución, si no resuelven y destruyen a quien ordenó el asesinato de ahora en adelante todos los políticos incomodos para la delincuencia, o para otros grupos de políticos afines a la misma, tendrán una diana en su pecho, incluidos los de muy altos rangos como la presidenta y su equipo, total, los delincuentes pensarán que de todas maneras nada les pasa.
Y si, en resolver el caso tendrá que irse aplicando una nueva estrategia mediática del mismo, porque no bastará con decir que, si lo cuidaban, de hecho, es peor recalcarlo a cada momento porque darán la impresión de que no sirven para nada, que hasta en sus mismas narices les matan personas.
Por lo demás, solo hacemos votos para que este crimen, y ningún otro que se cometa en este México lindo y querido, quede en la impunidad como se ha acostumbrado hasta hoy…








