En algo que parecía impensable, Movimiento Ciudadano se ha convertido en la segunda fuerza política nacional y la lectura es simple, el pueblo está decidido a darle mate al PRIAN, así, con todas las letras juntas, más aún, a canalizar su hartazgo favoreciendo a los naranjas.
Los números también hacen visible que Morena no ha podido fortalecerse como partido político, al exterior deja ver más pleitos que acuerdos, más encontronazos que ganas de unirse y trabajar para ganar elecciones.
Claro, el Verde y el PT han enseñado el cobre, han querido vender caro su amor de aventureros y el golpe de realidad que han recibido en las urnas es contundente, no los quiere, solos no ganan casi nada, y esa es la ventaja de Movimiento Ciudadano, hasta hoy no ha ido en coaliciones para ganar cargos.
La ola naranja, por supuesto, tiene muy preocupados al PRI y al PAN, los antes todopoderosos partidos han descubierto que la ciudadanía ya no volverá a confiar en ellos, los está rechazando y saben que eso significa estar donde nunca les ha gustado, fuera de los presupuestos, con un añadido, la irrupción del MC en el escenario político les hace perder más cargos al terciarse las elecciones cuando están en competencia.
Por supuesto, PAN y PRI se van a morir en lo suyo, en su triste tendencia a agandallar y corromperse, no crea que estos golpes les regresaran la humildad o les darán las ganas de democratizarse, de abrirle las puertas de las candidaturas a nuevos liderazgos, a personajes que no tengan pasados cuestionables, no sucederá, vaya pues, los prianistas no han entendido que son tiempos de renovarse o morir y por ningún motivo van a compartir los espacios de poder a ciudadanos alejados de sus mafias o de sus grupos encumbrados.
Morena tampoco crea que debe estar tan contento con el atractivo de Movimiento Ciudadano, para hacer un recuerdo, en 10 días Samuel García les abrió un boquete en la elección presidencial pasada, quien sabe que habría ocurrido si se mantiene de candidato o su relevo hubiera sido Luis Donaldo Colosio, con esa sola especulación al partido en el poder le debe caer el veinte de que la ola naranja será su competencia de hoy en adelante.
Porque además el crecimiento de los naranjas es cosechando los frutos del hartazgo y descontento en los gobiernos del pasado o los actuales y generalmente esas bases hacen ganar elecciones, así ganó el PAN en el 2000 con Vicente Fox, así ganó Morena en el 2018 con Andrés Manuel López Obrador y en los Estados no ha sido diferente, aquí en Tamaulipas el nefasto Cabeza N triunfó gracias al hartazgo que provocaron los gobiernos del PRI y el apoyo que tuvieron de Egidio que tampoco quería al tricolor.
Existe otro ingrediente que debe mortificar a las cúpulas del partido en el Gobierno, Morena no quiere aprender a trabajar en territorio, está elección judicial del domingo 1 de junio así los exhibe, no movilizaron más de 7 millones de personas en todo el territorio nacional y con ese voto duro no ganan nada, me explico, a nivel nacional el candidato a Ministro mejor votado no superó ese número de sufragios, ese es el voto duro guinda, digo, suponiendo que el futuro presidente de la Corte haya sido respaldado en su totalidad por la estructura y no les haya comido el mandado porque todavía sería peor el escenario para el partido en el poder.
Y ahí es precisamente donde está el problema para Morena, igual para el PRI y el PAN, el voto de castigo si es mucho más amplio, el fenómeno se puede observar en los votos nulos y opositores en las boletas, y esos son los que está cosechando Movimiento Ciudadano.
Se preguntará, ¿y cómo revertir esas tendencias?, la respuesta es obvia, mejor selección de candidatos y menos desencuentros internos, esto último parece el problema, pero todavía tienen tiempo de corregirlo, por lo menos en Tamaulipas que la próxima elección la tendremos en el 2027.
Conclusión, la ola naranja puede darle el tiro de gracia al PRI y al PAN como partidos, los puede desaparecer, e igual es un hecho que será la competencia de Morena en las futuras elecciones, no traen nada los del MC, como en su momento no traía nada el PAN de Fox o la Morena de Andrés Manuel pero, como estos mismos personajes que ya fueron presidentes, parece que los de naranja también han aprendido a administrar y subirse a la ola del voto del odio, del sufragio que es motivado por el hartazgo de malos gobiernos o malas decisiones a la hora de seleccionar candidatos…
(MV/AM)
