Entre las profesiones y los oficios más gratificantes, está el periodismo en sus distintas modalidades. Esta tarea sirve a la comunidad al mismo tiempo que permite satisfacciones personales insólitas, más cuando se ejerce a cabalidad, con profesionalismo, responsabilidad y cierta dosis de escepticismo. El periodista debe comprobar que lo que va a escribir o relatar, tenga un alto porcentaje de verosimilitud esto es, que el texto, personajes, diálogos, contexto, imágenes deben ser creíbles y auténticos.
Pero, hay casos excepcionales en que el periodista va más allá y ofrece a sus lectores, audiencia o público, elegancia, precisión y encanto o rigor, según lo demande el caso. Son alturas a las que sólo se llega con talento, preparación, audacia y esfuerzo. Su conjugación lleva, inexorablemente a resultados altamente satisfactorios para todos. Un ejemplo de ello fue la fructífera carrera de Martha Isabel Alvarado, quien partió a la gloria eterna el 7 de noviembre.
Martha Isabel recorrió todos los espacios de la comunicación en Reynosa y en Tamaulipas, y luego creó su propio ámbito con una amplia proyección en toda la entidad y más allá. El culmen de su desempeño fueron las redes sociales, que vinieron a complementar y dar mayor proyección a su trabajo en la prensa escrita y la radio. Asociada con otro talentoso periodista, Luis Alonso Vázquez, pasó del programa radiofónico Reporteros en la Radio, un espacio de enorme audiencia, a la plataforma digital Reporteros en la Red, que les dio una cobertura ilimitada.
Puedo asegurar que Martha Isabel era temeraria al momento de analizar el ejercicio del poder público y la actuación de los políticos; pero, nunca pudo ser rebatida porque conocía a fondo las entretelas de la política. A la agudeza de su escrutinio agregaba su preparación académica y larga experiencia en la tarea de informar y formar opinión. Ducha en el debate, echaba por tierra argumentos endebles o falaces; pero, nunca la vi actuar con saña o despotismo.
Su naturaleza altruista la identificó con las mejores causas de la comunidad e hizo de la amistad un culto permanente. Indudablemente que deja un legado importante en el noble oficio del periodismo, más en estos tiempos críticos en que la comunicación mediática atraviesa una severa crisis de credibilidad y se ha convertido en instrumento de poder manejado por los poderosos para preservar sus privilegios.
A su familia, en especial a su madre, Doña Chabelita, su madre, y a sus amigos y allegados, desde este ámbito enviamos a nombre propio y todos los colaboradores de este espacio mediático, un sentido pésame y nuestros fervientes votos por un pronto consuelo por tan irreparable pérdida. Seguramente que en el más allá está organizando una mesa de debates para seguir ejerciendo su labor profesional a fin de ilustrar a sus lectores y audiencias con su Libre Expresión.








